Estoy sentada en el sofá de mi casa.
Como casi todos los días hecho un vistazo a las visitas del blog. Me
sorprende como cada día la gente me sigue visitando, sigue leyendo
mis aventuras y tal vez recopilando información para ese futuro
viaje tan esperado.
Hace algo más de un mes que he
regresado, y todo se me antoja un tanto extraño.
Leo algunas de mis entradas y me
traslado a aquellos lugares que recorrí. Paseo de nuevo por sus
calles, veo las caras de mis compañeros y la de la gente que se
cruzó por mi camino, e irremediablemente me siento con la necesidad
de escribir.