Paso de frontera y...Welcome to Mongolia

Tras 7 horas de espera en la estación de Irkustsk, estamos de vuelta en el tren. Abandonamos Rusia para cambiar de país.
Para poder pasar la frontera tuvimos que estar esperando unas 5 horas en un pueblo perdido, llamado Naushki, momento que aprovechamos para poder conocer un poco más a algunos de nuestro compañeros de tren, que esta vez casi todo turistas, y  aprovisionarnos de bebida y algo de comida para el largo viaje que nos esperaba.


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Naushki

Esta vez no viajamos sólos. En nuestro compartimento viaja un chico Holandes que se llama Sitge. Durante este tiempo también conocimos a un ruso, Alexander "Sasha", que por lo que nos contó era maquinista de tren. Resulto que también viajaba en nuestro vagón junto con dos compañeros más y nos invitaron a beber vodka con ellos. Menudo peligro que tienen los rusos! Viajaban también en nuestro vagón un mongol, Bob, un grupo que estaba realizando un tour junto con su guia Olga, una rusa muy simpática y sonriente, algo muy raro por aquí, una pareja de Gales, un señor de Inglaterra y un chico australiano entre otros. La verdad es que fue una noche muy divertida y muy diferente a nuestro anterior viaje en tren.

Con Sasha

Con algunos de los compañeros de viaje

Vodka Mongol y Aloe Vera (para rebajar después del chupito)

Una vez pasada la frontera, ya en Mongolia apenas tardamos una hora y media, todo fue mucho más rápido. De nuevo revisión de compartimentos y sellado de pasaporte. Al fin ponemos rumbo a UlanBataar. Después de estar gran parte de la noche con nuestros nuevos amigos y apenas sin dormir, al fin, a las 6 de la mañana, llegamos a Mongolia. En la estación nos estaba esperando un chico que nos iba a llevar a nuestro hostel UB Guesthouse.

Y sentada en el asiento del copiloto una sonrisa se dibuja en mi cara. Welcome to Mongolia!

Después de descansar unas horas en el hostel, nos encaminamos a recorrer un poco la ciudad. La verdad es que no es muy grande y no tiene muchas cosas para ver. Uno de los sitios que mas me ha gustado ha sido el monasterio budista  Migjed Janraisig, dedicado al Buda de la compasión y con una estatua en su interior de 26.5 metros.

Monasterio

Alrededores del monasterio

Grupo de monjes en los alrededores del monasterio



Buda

Me han llamado la atención varias cosas en estos días. Por ejemplo el hecho de que tienen semáforos, pero nadie los respeta, ni coches ni peatones. Da igual que este en verde o en rojo, hay que pasar por donde se pueda y cuando quieras. Las calles no están apenas asfaltadas y están construyendo muchos nuevos edificios, supongo que la ciudad se les está quedando pequeña., porque sea la hora que sea hay gente por todos lados.

Nuevas construcciones

Parlamento de Mongolia 

Parece ser que la ciudad no debe ser muy segura, ya que en nuestro hostel tenemos un cartel que recomienda no salir a partir de las 12 de la noche. Yo de momento no he sentido esa inseguridad.
Y el clima. La verdad es que por el día, no hace frío, esperemos que no bajen mucho las temperaturas en los próximos días. De momento, estos días el país nos recibido con unos bonitos días soleados.

La contaminación se nota en el ambiente y la ciudad no está demasiado cuidada. Aún así no me disgusta, y aunque hace un tiempo que cruzamos la línea física que separa Europa de Asia, Mongolia se me presenta para mi como la puerta hacia este continente .Los rasgos de la gente, la cultura... las diferencias son mucho mas significativas con respecto a la parte asiática de Rusia. Y aún queda mucho por ver... mañana comenzamos el tour que nos llevará por el desierto del Gobi, Bayanzag, Yolun Am.... pero eso tendrá que esperar.

Hasta la próxima entrada!