Tras unos días de relax en la playa de Sanya, en la isla de Hainan, nos dirigimos al ultimo destino que nos espera en China.
No se si se debe al cansancio, al camino ya recorrido , o a que ya tengo la vista más puesta en el sudeste asiático, pero Shanghai me ha resultado una ciudad un tanto indiferente.
Si bien es cierto que tiene sus lugares con cierto encanto, no deja de ser una ciudad más moderna, donde encontrar la belleza de la cultura china resulta bastante más complicado.
Desde el Bund, una zona de edificios de la época colonial que se encuentra a la orilla del rio Huangpu, se puede observar toda la zona de Pudong situado en la otra orilla. En este parte se encuentra la zona financiera actual de la ciudad, repleta de rascacielos. Sobre todo de noche, al mirar a un lado y al otro, parece que te encuentres en épocas y lugares completamente diferentes.
Vista de Pudong desde el Bund |
El Bund |
Pasear por los jardines Yuyuan es otro de los atractivos de la ciudad. Son uno de los jardines más conocidos de China. Se encuentran en la ciudad antigua y es un claro ejemplo del típico jardín chino con pabellones, estanques y diversa vegetación. Para llegar hasta el, hay que pasar por la zona comercial de Yuyuan market y por un estanque en cuyo centro se sitúa la casa de té mas famosa de Shanghai, que en pasado estaba integrada en el jardín.
Jardines Yuyuan |
Y, como no, mezclarse con la gente en la milla de oro de Shanghai, (cerca del people´s square) una calle peatonal repleta de tiendas, centros comerciales y paneles gigantes por doquier.
La impresión que ha causado en mi este ultimo destino, sobre todo, es que se trata de una ciudad con fuertes contrastes (al igual que Beijing). A dos pasos de un escenario futurista plagado de rascacielos, edificios iluminados y macro paneles de publicidad, te puede encontrar un barrio con arquitectura más tradicional de la ciudad antigua, con ropa tendida de arboles, cables, trozos de pescado colgados a secar en la ventana, farolillos. Todo mezclándose con el olor de los puestos de comida callejeros y del nada agradable tofu maloliente (imaginaros el por qué de su nombre).
Contrastes de la ciudad |
Siento una mezcla de sentimientos. Por un lado me despido de este país, que me ha sorprendido muy gratamente, tanto por la cantidad de lugares de interés que tiene, sus paisajes, su cultura.. como por su gente, siempre dispuesta a ayudarte con una sonrisa en la boca.
Ya conoces como funcionan en el día a día, sabes moverte por las ciudades, conoces el transporte, los precios . Dejan de sorprenderte cosas como que una moto vaya por encima de la acera o que un chino te pida sacarte una foto con él.
La vida aquí va a otro ritmo. Aunque todo está lleno de gente a todas horas no crea esa sensación de agobio que pudiera parecer. Por esto mismo tengo ganas de volver a sentirme un poco perdida, de conocer una nueva cultura, un nuevo idioma, volver a hacerme a la moneda y todo lo que conlleva volver a empezar en un nuevo país.
Y como ultima reflexión, me quedo con la certeza de que volveré. Espero sinceramente que el progreso no mate la cultura y los lugares tradicionales, que son lo que le da el encanto a este pais. Por eso tendré que volver a comprobarlo, y a visitar la gran cantidad de lugares, que, en estos casi dos meses, aun me han quedado por ver.
Dentro de poco publicare una entrada con datos prácticos sobre el país, en base a mi experiencia, para que, al que le interese visitarlo le sirva un poco como ayuda.
Sin palabras. Me alegro que la primera parte del viaje te haya dejado tan buen sabor de boca.... los recuerdos es el regalo más bonito que te puedes llevar de los lugares, de las personas y de las situaciones. Y este recuerdo ocupará gran parte de tu memoria el día de mañana. Un beso prima. SONIA
ResponderEliminarY que lo digas, gran parte de lo que somos se debe a lo que hemos vivido, y sin la posibilidad de recordarlo nada sería lo mismo. Un besote primi.
ResponderEliminarY que sepas que me encantan tus comentarios! Mua
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