Xingping, un destino por derecho propio

Me gusta esta población, pequeña, calmada, pausada. Parece que aquí la vida va a otro ritmo, a un ritmo que mi cuerpo me esta pidiendo a gritos.

Sentada desde el balcón del hostal veo unas de las montañas que rodean al pueblo. Sus siluetas se dibujan en el horizonte recortadas por un cielo soleado. La gente va y viene dirección al puerto. Las tiendas de souvenirs se confunden con los puestos de comida callejera y señoras cargando fruta. Turistas, gente local. Parece que aquí todo se funde sin restar encanto al lugar. No hay esa masificación a la que ya estoy acostumbrada.

Y por la noche, casi es posible caminar solo, a oscuras.

Hablo de Xingping, una población que se encuentra a tan sólo 40 minutos de Yangshou y a la que mucha gente únicamente dedica un día de visita.

Este lugar (al igual que Yangshou) tiene su característico paisaje kárstico, tanto, que incluso aparece en los billetes de 20 yuanes.

Desde aquí se puede disfrutar de un paisaje incomparable. Realizamos un caminata de unas dos horas, atravesando una de las pequeñas montañas para llegar a una vieja población pesquera.

Aunque debido al turismo la gente del lugar busca otras fuentes de ingreso, aun se puede uno hacer a la idea de como era la vida en aquel lugar, apartado, solitario, rodeado de montañas, a la orilla del río Li y con terrazas de arrozales en las montañas cercanas...

Arrozales

Para volver a Xingping hay que realizar el mismo recorrido a la inversa, o tomar una de las embarcaciones de bambú que te llevan rio arriba. Durante el recorrido es posible divisar búfalos de agua, embarcaciones de pescadores con cormoranes, montañas, montañas y mas montañas de un verde muy intenso.

También en los alrededores es posible visitar una gran cantidad de cuevas. Algunas, como la cueva de Lotous, preparada para las visitas, otras, como la cueva del fantasma hambriento, salvajes, donde es necesario ir  provisto con linternas.

Cueva de Lotus

En definitiva, un lugar donde dan ganas de alargar la estancia.