Beijing

Abandonamos Ulan Bator. El trayecto, de nuevo en tren, no es demasiado largo, y en un día y medio llegamos a nuestro destino, Beijing. El paso de frontera es bastante largo. Tardamos entre una cosa y otra unas 5 horas, entre otros motivos porque el ancho de vía de Rusia y Mongolia es diferente al de China , así que cada vagón debe ser levantado (con los pasajeros dentro) para que cambien las ruedas.

Cambio de ruedas en la frontera China

Y por fin llegamos a Beijing. Lo primero es localizar el hostal que será nuestra casa durante los próximos 8 días.

Se trata del Leo Coutyard. Es un hostal antiguo, con 350 años de antigüedad, pero totalmente recomendable, ya que se trata de el primer hostal que se abrió en Beijing, y de hecho muchos turístas chinos vienen a visitarlo.

Hostal

Definir Beijing es muy complicado. La ciudad está muy contaminada (cosa que nos es de extrañar, ya que viven cerca de 20 millones de personas) , y el ambiente es muy gris. Es una ciudad vieja, con unos 3000 años de antigüedad , pero que se esta modernizando a pasos agigantados. Puedes encontrar desde los grandes edificios y zonas financieras a los encantadores hutong, sin duda, uno de mis lugares preferidos de la ciudad. Son los barrios tradicionales chinos donde la mezcla de olores, gente que va y viene continuamente, gritos provenientes de los diferentes restaurantes invitándote a entrar, se junta con las luces iluminadas por las noches. Por desgracia muchos de ellos se han derribado.

Aunque es mucho mas sencillo que hace unos años y se están abriendo al mundo, resulta muy difícil, de nuevo aquí también, encontrar gente que hable ingles, cosa que aunque a veces resulte un poco mas complicado a la hora de comunicarte, le añade un encanto especial.

La ciudad es muy segura y está muy bien comunicada por transporte público, además de ser muy barato.También es posible recorrerla en bici. Toda la ciudad está repleta de carriles para ellas. Eso sí, hay que andarse con cuidado, porque por aquí también circulan motos, pero todas son eléctricas, por lo que no las oyes venir!!

La ciudad es inmensa y es imposible verlo todo en una sola semana, pero hay sitios imprescindibles, al menos desde mi punto de vista, que no te puedes marchar sin antes visitarlos. Pero sobre todo hay que perderse por la ciudad, por los hutong, entrar a las tiendas e intentar hablar con la gente, porque muchas veces, aun sin entender nada, te pueden sacar una sonrisa. Uno de los primeros días aquí, entramos en una tienda de té. No sabíamos cual comprar y acabamos tomando té en la tienda con el señor e intentando comunicarnos con él.

Y perderse en los mercados, y coger el gusto a regatear. La verdad es que hasta hoy no me había animado demasiado, pero resulta muy divertido.

 

También hemos visitado un mercado nocturno, el de Donghuamen (si bien es cierto que cercano a este hay otra especie de mercado con mucho más encanto y menos orientado al turismo) donde, entre otras cosas he probado una cucaracha y un escorpión. Como experiencia esta bien, pero para que engañarnos, bueno no sabe.

Aunque no se aprecie es un pincho de cucarachas

Las visitas imprescindibles (resumo mucho que si no la entrada va a ser eterna!)

La plaza de Tian'anmen 

Es el espacio público más grande del mundo, y tristemente no es sólo conocida por este motivo. Es mundialmente conocida por las protestas por la democracia de 1989,  donde los manifestantes fueron dispersados por tanques y soldados.

Hoy en día tiene muchas medidas de seguridad. Para acceder al recinto hay que pasar por un control policial y tanto por la plaza como por los alrededores hay cámaras de vigilancia.

La plaza de Tian'anmen

La ciudad Prohibida

Fue el palacio imperial de China de la Dinastía Ming y de la Dinastía Qing . Es el conjunto de edificios antiguos más extenso y mejor conservado de China.

Entrada a la ciudad Prohibida

El Templo del Cielo

Esta situado en un parque amurallado con una puerta en cada punto cardinal. Se trata de un templo de diseño Ming que era utilizado para los ritos que realizaba el hijo del cielo.

El Palacio de verano

Utilizado en el pasado como lugar de recreo de la corte imperial, está lleno de jardines, templos, palacios, corredores y un inmenso lago. Dentro del mismo también se encuentra la calle Suzhou, que tratando de imitar a la población de Jiangsu, tiene junto a la orilla tiendas y restaurantes. Es un lugar con un encanto especial. Por desgracia el día que lo visitamos había muchísima niebla, por lo que no pudimos contemplar todas las vistas.

Pagoda de la fragancia de Buda

Calle Suzhou

La gran muralla

Simplemente, espectacular. El tramo más visitado es el de Badaling. Una vez en la parte superior de la muralla se pueden apreciar no sólo unas preciosas vistas, si no que se puede divisar un gran tramo de la muralla serpenteando por las colinas.

Templo de los lamas

Es el templo budista más espléndido de Beijing, y es considerado el templo budista tibetano más prestigioso fura del Tibet. Desde 1744 se convirtió en una lamasería. Dispone de un Buda de 17m de altura que realmente impresiona. El ambiente está impregnado del aroma a incienso de las ofrendas que la gente realiza.

Estatua Buda

Y puedo decir que, hasta el momento por lo menos, me gusta China, y mucho!! Antes de venir había escuchado que eran muy bordes, incluso en un blog leí que se habían marchado antes de lo previsto por ese motivo, y, o yo he tenido mucha suerte o han cambiado mucho las cosas. Cuando les preguntas cualquier cosa, la mayor parte de las veces se muestran dispuestos a ayudarte. A veces no consigues gran cosa, porque o no te has explicado bien o no te han entendido ni una palabra, pero al menos, lo intentan. Y eso es de agradecer.

Los dos próximos días los dedicaremos a vivir un poco la ciudad. Nuestro próximo destino será Xian. Intentare ir publicando un poquito mas a menudo, pero entre el bloqueo chino a google, blogger, facebook... la lentitud de internet y la falta de tiempo se hace complicado.