Phnom Penh y la historia de los "Khmer rouge"

Llegamos a la capital camboyana a bordo de una lancha rápida. El paso de frontera ha sido más rápido de lo esperado, y tras el pago de 23 dolares tenemos nuestro visado. Ya desde el río, a lo lejos, empezamos a divisar la ciudad y su característica arquitectura khmer. Estamos en Phnom Penh.

Son diversos los templos y pagodas que se pueden visitar en la capital. Entre los más destacados se encuentran la pagoda de Plata y el Palacio Real

También dispone de varios grandes mercados, en los que se puede encontrar prácticamente cualquier cosa que se busque, entre los que se encuentran el Mercado Ruso y el Mercado Central.

Mercado Central

En el centro de la mayor rotonda de la ciudad se alza el monumento de la independencia, en un principio levantado para representar la independencia de Francia, pero ahora también en recuerdo a las victimas del que es conocido como “el genocidio camboyano”.

Monumento de la independencia

Pero si algo realmente me ha marcado de esta ciudad fue la visita a uno de los campos de exterminio cercano a la ciudad, el de Choeung Ek.

Poco conocía de la trágica historia que vivió este país en un pasado cercano. La historia de los jemeres rojos.

Todo comenzó cuando una guerrilla, conocidos como los jemeres rojos, entro en Phnom Penh el 17 de abril de 1975 y tomo la ciudad. Liderados por Pol Pot, comenzaban más de 4 años de un sangriento mandato.

La idea que tenían era que el campesinado tenía que tener el control del país. Para ello expulsaron a todo el mundo de las ciudades (denominándolos la “gente del 17 de abril” o los “nuevos”), y les reubicaron en campos de trabajo, donde eran sometidos a trabajos forzados en jornadas que duraban muchas veces 12 horas. Muchas familias fueron separadas y enviadas a puntos opuestos del país. Vivían todos juntos en comuna. Desapareció la moneda. Les quitaron todas sus posesiones. Destruyeron las escuelas. Acabaron con la religión. Y los intelectuales, profesores, abogados, o los que simplemente sabían algún idioma extranjero, fueron asesinados. Todo al que consideraban enemigo del estado, lo eliminaron.

Este día lo denominaron año cero. Y al territorio lo llamaron Kampuchea Democrática.

 Y debido a que querían eliminar a todo opositor al régimen crearon centros de reclusión. Aquí, en muchas ocasiones, y gracias a testimonios de captores y supervivientes, se ha podido saber que muchos de los presos eran torturados hasta que firmaban una confesión (falsa) de su culpabilidad. Tras ser “declarados culpables”, los trasladaban a centros como el que pudimos visitar, donde eran asesinados y enterrados en fosas comunes. Muchos de ellos morían de palizas o de un golpe en la cabeza, ya que las balas valían demasiado.

Para silenciar los gritos de dolor, en el recinto, sonaban canciones de la revolución a través de megáfonos. Los presos que eran trasladados aquí no sabían que este era el ultimo viaje que iban a realizar.

A otros muchos no hizo falta asesinarlos, murieron de hambre y enfermedades.

Gracias a la invasión de Vietnam en 1979 finalizo este régimen.

De todo esto pudimos enterarnos gracias a la audio guía que te facilitan en Choeung Ek. Muchos de los edificios que constituían este lugar (la sala donde se guardaban las armas, donde se metía a los presos hasta su ejecución) estaban construidos con madera fueron destruidos tras la caída del régimen, y actualmente solo hay carteles. Es posible ver el emplazamiento de las fosas comunes, y en medio del lugar se construyo una stupa, en recuerdo de las victimas que allí perecieron, y donde se conservan una gran cantidad de los restos humanos que allí encontraron. Realmente la imagen es sobrecogedora.

Lo peor de todo es que este es solo uno de los muchos centros que había repartidos por el país.

Es increíble como la locura de un hombre puede destrozar un país. Muchos de los asesinados fueron niños, e incluso bebes, ¿como podía ser un bebe enemigo del estado?

Afortunadamente eso termino, y aunque, al igual que en la guerra de Vietnam ha dejado secuelas en la población ( 1 de cada 4 personas fue asesinada), el pueblo avanza poco a poco en dirección a un futuro mejor.