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En una jungla de Mondulkiri....

29 ene 2012

Siendo la provincia más grande, pero menos poblada del país, Mondulkiri es un lugar que se supone completamente distinto del resto de Camboya.

Poblado Phnong
Para llegar contratamos un mini bus, ya que nos indican que en los autobuses grandes no queda más sitio (con el año nuevo chino hay más desplazamientos y los precios suben). El trayecto se hace eterno. Viajamos con los locales, y al igual que ya habíamos visto (que no vivido) en otras ocasiones, en la furgoneta que es para aproximadamente 18/20 personas apretadas, vamos 34!!! (unos cuantos de ellos son niños, pero aún así no entra un sólo alma más)
Tras el largo viaje llegamos a Sen Monorom, lugar que hemos elegido como base para explorar un poco el entorno. Segunda sorpresa, vamos sin alojamiento reservado, y al llegar, nos indican que todo está lleno (de nuevo debido al año nuevo chino). Al fin conseguimos una habitación (por llamarlo algo) a un precio un poco inflado, pero nos sirve.

Sen Monorom no tiene gran cosa. Es un pequeño pueblo, en mitad de ningún sitio. Apenás tienen conexiones a Internet, y las duchas de agua caliente escasean (yo no las vi). Pero es perfecto para explorar la zona.
Contratamos un trekking con elefantes para dos días.
En los alrededores se encuentran muchos poblados de minorías étnicas, como los Phonm. Hace tiempo utilizaban a los elefantes para trabajar en la jungla, pero hoy en día, los utilizan para el turismo. Han aprendido a domarlos y es una fuente de ingresos extra de la que pueden disponer. Según nos contó nuestro guía, un elefante pertenece a 7 u 8 personas, y lo que hacen es turnarselo un mes cada uno.
Así, nos acercamos a uno de los poblados cercanos donde se encuentra nuestro mahout con el elefante que nos transportara por la jungla.

Adentrandonos en la jungla
 Poco a poco nos vamos adentrando en el espesor de la jungla, y sus sonidos empiezan a invadir el ambiente, dejando atrás cualquier tipo de civilizacion. El elefante, con su paso lento, pero decidido, se va abriendo paso a través de la misma, mientras nuestro culos intentan acoplarse a la cesta en la que vamos y al vaivén causado por sus pasos. Paramos a comer en un claro cercano a un río. Algunos de los hombres de aldeas cercanas están aquí. Salen a la jungla a trabajar, a recoger resina de los arboles y a pescar. Uno de ellos trae un panal de miel, que nuestro mahout corta muy contento y que más tarde provoco que saliéramos en estampida. Al cortar el el panal y luego subirse al elefante dejo en este su olor. Así, de repente, cuando ya nos íbamos, vimos que el elefante venia corriendo precedido por el mahout, y seguido de un montón de abejas. Tras varios intentos desesperados por parte de nuestro conductor de deshacerse de ellas, finalmente terminó dándose un chapuzon en el río junto con el elefante para eliminar el olor, mientras mi compañero y el guía quemaban hojas para que con el humo espantara las abejas que andaban revoloteando a nuestro alrededor.

Ya sin estos molestos acompañantes, continuamos la travesía por la jungla hasta llegar al que será nuestro hotel en la jungla. Se trata de una cabaña de madera. En el interior no hay prácticamente nada, mas que cuatro maderas (mal puestas). Esta noche dormiremos en una hamaca.
Ya “alojados” vamos al río que tenemos justo al lado a bañar a los elefantes. La experiencia de estar en el agua con los elefantes, bañarlos y montarte sobre ellos es única. Me encantan estos bichos! Y una vez bañados los animales, nos acercamos a una cascada cercana al campamento para bañarnos nosotros!


El sitio es espectacular. Naturaleza pura. El agua está fría, y hay que andarse con cuidado, porque hay algunos arboles en el agua (que probablemente se habrán desplomado en la estación lluviosa). Sentados en un árbol puesto cual asiento en el agua, frente a la cascada, dejándote invadir por el sonido del agua al caer no tiene precio. 


A las 6 de la noche ya es completamente de noche. Pronto nos vamos a dormir. Las temperaturas bajan considerablemente en este lugar.
Los sonidos de la jungla es la melodía que nos acompaña y la hamaca nos acuna. Por la mañana, la luz del sol invade el espacio. Tras tomar un buen desayuno emprendemos el camino de vuelta. Otras 4 horas de trekking en nuestro elefante hacia el poblado Phnong en donde comenzamos.

1 comentario

  1. EN UNA JUNGLA!!! K PASADA!!! PEDAZO DE EXPERIENCIA!!! ME ENKANTAN LAS FOTOS. BESOS, ZIOR.

    DÉBORA

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