Desde Ton Sai y Koh Lipe.. una de playas paradisíacas

Cambiamos de costa, nos dirigimos hacia el mar de andamán, donde se supone se sitúan las playas más paradisíacas de Thailandia.

Elegimos la playa mochilera de Ton Sai, a una hora en barca de Krabi, como punto desde donde explorar alguna de las islas cercanas.

Ton Sai se compone básicamente de una playa bordeada de alojamientos tipo bungalow, algún restaurante, y sobre todo, bares de reggae y estilo chill out. De ella parten un par de senderos que se adentran más en el bosque, con alojamientos mas económicos. Es una de las playas menos urbanizada en la que hemos estado y el ambiente en el lugar es muy relajado. Nuestro alojamiento , un bungalow con agua fría, aunque estaba muy cerca de la playa, daba la sensación de encontrarte en la mitad de la jungla, con monos salvajes pululando por los arboles que nos rodeaban (entre otros muchos animalitos más pequeños, por supuesto).

Descansar, tomar el sol o una Chang, hacer escalada, o alguna excursión a las islas cercanas son las actividades que se pueden realizar por aquí.

Elegimos una excursión a unas islas de los alrededores. El día comenzó soleado, pero sabíamos que amenazaba tormenta. 3 horas nos respeto el tiempo, en las que pudimos disfrutar de la belleza de la playa de la isla de bambú, con arena fina y aguas cristalinas, y 2 momentos de snorkel en dos enclaves diferentes, donde, para mi sorpresa, pudimos ver gran cantidad de vida submarina.

A la Maya beach, mundialmente conocida por ser el escenario principal de la película “La Playa”, llegamos jarreando, literalmente. Aún así es un lugar espectacular. El agua es tan azul que parece que se trate de una piscina natural, y la arena de la playa es tan blanca, que seguramente con el sol reluzca de una forma increíble. Además de encuentra prácticamente cerrada por altos acantilados, lo que provoca una sensación de aislamiento que le da un encanto especial.

Abandonamos el lugar a una de las playas tailandesas situadas más al sur del país, al lado de Malasia, por recomendación de unas viajeras españolas que conocimos en Koh Tao. Vamos un día mas tarde de lo esperado, y solo disponemos de 2 escasos días para estar allí, aún así, no nos quedemos quedar con las ganas de ver Koh Lipe, a la que califican como las Maldivas de Thailandia.

Tras varios retrasos en el transporte, llegamos a la isla. Y sin duda el largo viaje hasta aquí ha merecido la pena.

Al igual que el resto de islas en las que hemos estado, es pequeña y fácilmente se puede recorrer a pie. Dispone de tres playas, la de Pattaya, donde se encuentran la mayoría de los alojamientos, la playa sunrise y la playa sunset y de una calle principal repleta de tiendas, restaurantes, agencias...

El ambiente no es tan mochilero, pero es igualmente relajado, y sin duda el paisaje es increíble.

El día, esta vez, nos amanece con un sol radiante. Aprovechamos para recorrernos la isla y sus playas. Estas son tan bonitas como las de Koh Phi Phi. Aguas cristalinas y arena blanca, pero, por el momento, se encuentra mucho menos masificada turisticamente.

Después de varios días por aquí y de varios meses de viaje, a veces cuesta pararse a mirar lo que nos rodea, como es más fácil que suceda al principio de un viaje de este tipo y como nos sucede en nuestra vida como muchas cosas. Por eso es importante detenerse a contemplar. A simplemente admirar lo que vemos, disfrutarlo, y, sobre todo, valorarlo.