Pronto, muy pronto, tomamos el autobús
que nos lleva dirección al parque nacional de Chitwan, situado en la
zona sur de Nepal, pero que antes nos dejara en un punto a orillas
del río Trisuli.
Paramos aquí a realizar rafting.
Fueron más de dos horas, río abajo, remando, pasando varios rápidos
bastante movidos, y refrescandos (bueno, mas bien congelándonos) en
sus aguas. Dejarte llevar por la corriente, una vez vuelves a
sentirte el pulso tras el impacto inicial con el agua helada
procedente del Himalaya, en un entorno como este, es inolvidable.
Rodeados de montañas, con puentes de madera, teleféricos que se
pierden en las alturas, niños bañándose, y casi en un completo
silencio, únicamente interrumpido por los sonidos del agua, es algo
que necesitaba.
Desde la carretera (río Trisula) |
Terminado el rafting, y tras la comida,
tomamos un bus local a Chitwan. Nos recogen en la estación de
autobuses para llevarnos al resort, que se sitúa justo en la afueras
del parque nacional.
Uno de los cocodrilos |
Aquí, vamos a pasar dos noches
realizando varias actividades. Al día siguiente, comenzamos a
movernos muy temprano. Realizamos un paseo en canoa, muy baja, por el
río que discurre en el parque nacional con la esperanza de ver
cocodrilos, y los vemos! Tan solo tienen asomada un poco la cabeza, y
algunos se ocultan a nuestro paso. Es muy relajante estar en completo
silencio ( cuando los hindúes que van en nuestra canoa se callan un
poco) escuchando tan sólo a los pájaros (hay mas de 500 especies en
este parque), dejándote mecer por el balanceo de la canoa.
Dejado atrás el río, comenzamos una
caminata a través de la selva de más de 1 hora. A lo largo de
nuestro camino esperábamos ver algún que otro animal en estado
salvaje, entre ellos, y con suerte, rinocerontes. Pero no la tenemos,
vemos ciervos, jabalíes y algún pavo real. Cansados, muy sudados y
con respiración costosa (hay muchísima humedad) llegamos al
elephant breathing center, un centro en el que crían y
reproducen elefantes para su conservación, ya que debido a la
deforestación y a el aumento de la población, se ha visto muy
reducido su numero en Nepal.
Ademas del trekking por la selva,
realizamos un pequeño trekking, de algo más de hora y media a lomos
de un elefante. Y esta vez si tenemos suerte, y vemos a un
rinoceronte pegándose un chapuzón. Sólo por esto, mereció la pena
el dolor de culo.
El rinoceronte |
Muy cansados, finalizamos el día
viendo un espectáculo de la etnia Thalu, muy entretenido, de
diferentes tipos de bailes.
Tomamos rumbo hacia Pokhara, donde
queremos pasar 3 noches de descanso.
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